Hasta nuestro organismo llegan continuamente millones de partículas
microscópicas de polvo y polen, esporas de hongos, protozoos, virus,
bacterias y otros agentes que pueden resultar patógenos. Estas
partículas se introducen en la boca y en los ojos, está, en contacto con
la piel y con las mucosas, incluso llegan a nuestra sangre si nos
hacemos una herida. ¿Cómo es posible que resistamos este ataque sin caer
enfermos constantemente?
A través del siguiente vídeo conoceremos el porque no caemos enfermos constantemente.
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